Uno de los lugares de descanso favoritos de los regiomontanos es la encantadora Villa de Santiago, ubicada a 37 kilómetros al sur de Monterrey, en el estado de Nuevo León, e incorporada al programa de Pueblos Mágicos desde 2006.
Enclavado en el Parque Nacional Cumbres de Monterrey, el pueblo de Santiago se encuentra en un entorno privilegiado, de un verde intenso y surcado por arroyos, con bellas cascadas, y cañones a lo largo de su geografía. Así, se ha convertido en el destino predilecto de los amantes de los deportes de aventura, el ecoturismo y las emociones fuertes.
La villa de estilo colonial cuenta con varios edificios que destacan por su belleza. La parroquia de Santiago Apóstol, del siglo XVIII, es la más emblemática y fue construida en la parte más alta de un promontorio, en el límite de las haciendas Prietos y Santa Rosalía, que donaron terrenos para el atrio y la Plaza Principal.
A un lado del edificio religioso está el interesante Museo de Historia, que a lo largo de sus tres salas recorre el devenir de Santiago desde los primeros asentamientos indígenas, pasando por la colonización y los diferentes avatares históricos del país. Allí también se encuentra el Palacio Municipal. Otros puntos que llaman la atención son la Casa de la Cultura y la galería Los Muros, con una exhibición de pintura y escultura.
Una elevación muy cerca del centro histórico sirve de mirador para obtener un panorama completo del Pueblo Mágico, sus alrededores y también de la presa de la Boca o Rodrigo Gómez, que es su nombre oficial. Precisamente sobre las aguas de este embalse se pueden hacer paseos en lancha o deportes náuticos, como remar sobre un kayak. Además, el lugar está rodeado de restaurantes donde resulta una excelente idea probar la gastronomía local.